jueves, 9 de junio de 2016

Casas de Barcelona. Paseo de Gracia XVII

Prosigamos nuestra visita del Paseo de Gracia hasta la finca número 32 que hace chaflán con la calle Diputación, donde en mis años de juventud se encontraba la tienda de confección para caballeros, GALES, y que ahora está otra marca semejante.



Del Paseo de Gracia, 34 creo interesante solo el remate de la fachada.



En la finca de al lado, el número 36.








La siguiente finca, el número 38-40 del Paseo de Gracia se encuentra ahora el Hotel Mandarín Oruental, donde fuera la sede del Banco Hispano Americano erigido en 1955.

La antigua sede del Banco Hispano-Americano proyectado en 1955 por el arquitecto bilbaíno Manuel Ignacio Galíndez (1892-1980), quien fue durante más de 30 años el arquitecto encargado de levantar las sucursales de la entidad en las principales capitales españolas. Galíndez era un experto en construir entidades financieras y en Barcelona había levantado la sede del Banco de Vizcaya en 1930.

Frederic Marès esculpió las tres puertas de acceso al edificio en granito. Los elementos verticales (montantes) y los horizontales (dinteles) están repletos de relieves que simbolizan el trabajo. Marès estudió la posición de los personajes y los diversos detalles para adaptarlos al lugar que ocupan. Diseñó un conjunto que presenta una unidad a pesar de estar formado por un conjunto de fragmentos diversos perfectamente ensamblados.




Vistos desde la calle, en los montantes, nos encontramos:

En la puerta de la izquierda, siete figuras masculinas representan a obreros realizando actividades dedicadas a la construcción. Abajo a la izquierda un obrero recoge material con una pala y sobre él otro levanta un muro y un tercero coloca unas vigas. A la derecha, cuatro trabajadores pican piedra con martillos hidráulicos.









En la puerta del centro, cinco personajes, tres mujeres y dos hombres, simbolizan el sector primario. En la parte izquierda está la agricultura, abajo se sitúan tres grandes espigas y sobre ellas una figura femenina con un cesto lleno de uva, representando la vendimia y encima una pareja que alude a la siega. En el lado derecho se sitúa la pesca, con dos delfines abajo sobre los que se sitúa una mujer con una cesta repleta de pescados y encima un pescador con una red en una mano y un remo en la otra.










A la derecha, seis personajes representan la industria. A la izquierda, abajo aparece transformador eléctrico enmarcado por líneas de zig-zag que simbolizan la fuerza eléctrica y sobre éste tres obreros manipulando maquinas. En el lado derecho, sobre un ancla y otros motivos relacionados con un puerto, observamos a tres obreros cargando objetos mediante cuerdas y poleas.






Para completar la simbología del conjunto, Frederic Marès situó en los dinteles de la puerta más relieves.

Las tres puertas que Frederic Marès esculpió para el Banco Hispano Americano simbolizan el trabajo y el progreso, la actividad y el avance de la sociedad, valores asociados en su día a la entidad financiera que lo encargó. Hoy, con el nuevo uso que tiene ahora el edificio, se añade un nuevo símbolo y es que aquellas personas que disfrutan de los placeres del hotel, al pasar por la puerta, dejan atrás el trabajo, que queda a su espalda y se dejan llevar por el ocio. Si, además de los valores estéticos, el arte público se adapta al espacio que ocupa aquí la obra que realizó Frederic Marès se adapta al espacio antiguo y al actual.



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