El 11 de mayo tiene lugar en la calle Hospital de Barcelona la Fira de Sant Ponç, patrono de las herboristerías, donde se venden hierbas aromáticas, miel y sus derivados, fruta en almíbar o confitada, cabello de ángel, arrope, carne de membrillo, jaleas, mermeladas, panes de higo con frutos secos, frutos de sartén, ungüentos y remedios y otros productos naturales.
Ferias semejantes se realizan en Badalona y en otros barrios barceloneses, como Sarriá.
A un laminero como yo no se me puede pasar.
Ahora con la crisis y un mayor rigor por parte del ayuntamiento, la concesión de paradas es menor y no produce el agobio de hace años. Hace diez años o más llegar desde las Ramblas a la plaza de San Agustín podías tardar unos treinta minutos. Por ello yo muchas veces evitaba el primer tramo, entrando por dentro del mercado de San José o de la Boquería, para llegar directamente a la citada plaza.
La feria (fira en catalán) seguía por toda la calle Hospital, llegando ahora a la Rambla del Raval.
Antiguamente tenías que llevarte tu el envase, para que te pusieran la miel o la fruta en almíbar Ahora con el plástico, todas las paradas tienen esos envases de un sólo uso, que hay que ir con cuidado, pues en ocasiones se corta el plástico y se escurre el almíbar, produciendo un pringue asqueroso.
Ese pringue asqueroso es una penitencia inexcusable pues el suelo está pringoso, se engancha las suelas de los zapatos. Me imagino esas extranjeras aficionadas a andar descalzas que tras el paso por esta calle y este día, tienen que ir directas a una fuente, para limpiarse los pies.
Una cosa divertida es ver por las mañanas las guarderías infantiles que visitan la feria, todos los niños con una mano cogidos a una cuerda y con la otra, metiendo la mano dentro de las fuentes, donde las paradas tienen la fruta en almíbar. Como son tan pequeños no llegan a verlas, pero si a meter la mano que luego se la chupan, pero cuando terminan, se van limpiando en la ropa de los visitantes de la feria.
Al igual que los envases de plástico es habitual que la miel la vendan ya envasada.
Sobre todo la gente mayor les gusta comprar manzanilla, menta, hierba luisa, romero, tomillo, poleo te de roca y otras hierbas para hacer infusiones.
Por la mañana se hace una procesión, donde se lleva una imagen de San Poncio (Sant Ponç) desde la iglesia de San Agustín por toda la feria.
Cada año compras algo: miel para la garganta y contra los resfriados, un poco de fruta en almíbar variada, unas cuantas cerezas verdes y rojas en almíbar y frutos de sartén, como pestiños con miel.
Años atrás que no tenías que limitar tanto los aportes dulces y caloríficos, también caía un pote con arrope, un poco de cabello de ángel para hacer en casa unos pastelillos y ...
Cuando regresas a casa en el metro, por ser éste un medio rápido con parada en el mismo inicio de la feria, ver a la gente con ramos de manzanilla y otras hierbas aromáticas, por lo que presupones que también vienen como tu de la feria de Sant Ponç.
Siempre das un par de vueltas para ver que parada tiene la fruta, la miel o lo que sea más aparente y a mejor precio. Tienes que buscar que la fruta no esté inundada de almíbar, pues cuando cojan la fruta no te llenen el frasco de almíbar a precio de fruta. De vez en cuando encuentras algún honrado que te escurre la fruta y cuando la tiene pesada (y por tanto te dice su precio) te terminan de llenar con almíbar al gusto. Por ello hay que comparar calidad, precio y si la fruta está escurrida.
Y para que no te vayas sin nada en la boca que mejor que una manzana caramelizada que hace años no faltaba nunca en una feria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario